viernes, 22 de enero de 2010

HOJA 7ª


PALABRA DE DIOS


En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea, con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.” Y, enrollando el Libro, lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.








REFLEXIÓN

Si uno mira la fotografía de una persona desconocida, ordinariamente se queda en los rasgos superficiales; tras una observación detenida, puede llegar a vislumbrar algo de su interioridad; sin embargo, al contemplar la de quien hemos tratado hondamente podemos describir, sin esfuerzo alguno, lo singular de su peculiar personalidad.

Este texto es una fotografía de Jesús, un retrato fiel de él. Quienes le conocen íntimamente han plasmado, como dibujo fidedigno, lo esencial de su persona: Ungido, impregnado del Espíritu de Dios; enviado por Él a una misión de Amor.

Durante gran parte de este año, en las celebraciones dominicales, se proclamará y escucharemos el Evangelio de san Lucas. Se irá desarrollando y especificando este verdadero rostro de Jesús. Pues el “hoy” con el que Jesús comienza lo que llamamos homilía es actualización cada día. Con su “hoy” Jesús manifiesta, entre otras cosas, que el texto proclamado es él mismo. Y que eso ocurre y sucede cada vez que es proclamado el Evangelio en medio de la Iglesia. Él es el anuncio, la Buena Noticia. El que se desvive por los pobres, el que quiere la alegría para todos, el que ofrece la liberación integral a los que padecen alguna clase de esclavitud.

Cabe también que nos hagamos ciertas preguntas. ¿Es éste también el programa, el objetivo primero y último, de su comunidad, o sea, de nosotros? ¿Se puede decir que estamos anunciando la Buena Noticia a los que padecen y sufren? ¿Y somos nosotros mismos esos pobres que se dejan alegrar por el anuncio de Jesús? ¿Buscamos humilde y confiadamente que ese momento, el anuncio del Evangelio en cada “hoy”, sea año de gracia de Dios? ¿En qué lo notas tú mismo, sea cual sea tu respuesta a las preguntas anteriores?




PARA LOS ENTIERROS (II)

El rito del funeral comprende desde el momento en el que el difunto es recibido a la puerta de la iglesia hasta que es depositado en la tumba. Es una unidad que hemos de respetar y no cortar; por ello el pésame, decíamos, ha de darse –salvo que los familiares deseen excluirlo- al final del todo. Esta es la razón principal

Pero hay otras de orden práctico. Todos sabéis cómo para toda nuestra Unidad Pastoral –nueve parroquias- estamos sólo dos sacerdotes y que, en frecuentes ocasiones, tras el funeral tenemos que acudir a otras actividades o celebraciones. El introducir en medio del rito del funeral es pésame puede retrasar sobremanera el tiempo de llegada a la siguiente tarea. Incluso podría darse el caso –en vacaciones especialmente- que tenga que celebrar el funeral otro sacerdote que viene con el tiempo justo (porque hoy en todas partes somos pocos) y tiene que regresar con rapidez. Si suprimiéramos sólo en esos casos el introducir el pésame antes de finalizar la ceremonia, ¿no entraríamos en un agravio comparativo, haciéndolo con unos y con otros no?

En lo tocante a los difuntos todos somos muy sensibles, y si mal están los privilegios, en lo referente a familiares fallecidos es sumamente chirriante y doloroso. No suprimimos esta manifestación de duelo, sino que la colocamos en el momento que le corresponde. Así pues, el gesto de dar el pésame será siempre –salvo que los familiares prefieran abstenerse de recibirlo, cosa que va en aumento- tras haber tomado sepultura el difunto.



NOTICIAS

* Nuestra Diócesis de Salamanca organiza tres concursos: literatura, canción y fotografía. Los tres bajo este tema: “Vocación y Misión”. Pueden participar en cualquiera de los tres concursos todas las personas que quieran. El plazo para presentar la aportación termina el 1 de marzo. Sobre las categorías y premios -cuantiosos, por cierto- preguntad al párroco.

* Del 16 al 20 de agosto del 2011 será la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Se calcula la participación de dos millones de jóvenes; de ellos, muchos vendrán del extranjero. Nuestra Diócesis de Salamanca ha sido elegida como “diócesis de acogida” y desea abrir sus puertas a tres mil jóvenes de otros países paras los días previos, es decir, del 12 al 15 de agosto del 2011. La comisión diocesana que prepara esta acogida pide a todas las familias generosa y efectiva participación; que haya numerosas familias que estén dispuestas a acoger en su seno a dos jóvenes durante esos días ¿Qué se necesita para ello? Simplemente disponibilidad de recibir; nada imposible. La circular que nos envía la comisión dice lo siguiente: “Un lugar para que puedan dormir estos dos jóvenes, que puedan desayunar, comer, cenar… es decir, que se sientan como en su propia casa y con su propia familia esos tres días. Puede que sean colombianos, italianos, franceses, ingleses… da lo mismo. Cuando otros hemos tenido la suerte de participar en encuentros similares en otros países, sabemos la importancia que tiene la acogida, ser recibido con los brazos abiertos. Por eso os animamos a que podáis ofrecer esta acogida a dos jóvenes”.

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