PALABRA DE DIOS
Del Libro de Isaías
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él. Y se gritaban uno a otro diciendo: “¡Santo, santo, santo, el Señor de los Ejércitos, la tierra está llena de su gloria!.” Y temblaban las jambas de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije: “¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los Ejércitos.” Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: “Mira; esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.” Entonces escuché la voz del Señor, que decía: “¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?. Contesté: “Aquí estoy; mándame.”
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Daré gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
Acreciste el valor de mi alma.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Oración
Vela, Señor, con amor continuo sobre tu familia; protégela y defiéndela siempre, ya que sólo en ti ha puesto su esperanza.
REFLEXIÓN
No sólo en esa ocasión, en el año 740 antes de Cristo, sino siempre es el Señor el que lleva la iniciativa. Toda la Escritura santa, que contiene los relatos de fe, narra constantemente el acercamiento de Dios a la historia humana. No fueron Abrahán, Moisés, David…, Isaías quienes eligieron a Dios. Fue Dios quien los llamó. Lo mismo ocurre con nosotros, con cada uno de nosotros.
Para nosotros todo ello es de gran consuelo. Ellos se sintieron desconcertados, pues se veían –como tú y yo- incapaces de poder responder a esa llamada, impotentes ante el encargo que se les hace; lo expresaron con claridad: Soy hombre de labios impuros. No soy digno de llamarme apóstol, he perseguido a la Iglesia de Dios. Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. Así se ven Isaías, Pablo y Pedro cuando Dios los miró y se acercó a ellos. Es de todo punto comprensible; pues sólo un grandísimo presuntuoso o muy torpe cree que tiene en sí la fuerza para poder llevar a cabo el encargo de Dios.
A eso mismo estamos llamados nosotros, en nuestro entorno. Cada vez que leemos o escuchamos –muy especialmente en la Liturgia- la Palabra del Señor, ésta es llamada de Dios a nosotros, a cada uno de nosotros, para ser portadores de su mensaje. Con humildad y paciencia, con firmeza y perseverancia decir una palabra de aliento o corrección, defendiendo la verdad y la justicia. Dios quiere comunicar su vida a todos y para ello se sirve de colaboradores. En nosotros, los cristianos, ha puesto su confianza, ¿cómo no responderle con una disponibilidad generosa? Aquí estoy, mándame. Su gracia no se frustrado en mí. Dejándolo todo, lo siguieron. Eso vemos hoy en Isaías, Pablo y Simón Pedro. Es la Escritura, la medida que ha de marcar nuestro traje, nuestra vida. Confiados en Quien nos ha llamado a la Vida de su Hijo y a la misión que realizó, nos disponemos a ello, sin olvidar la insistente súplica: Señor, no abandones la obra de tus manos.
NOTICIAS
*El 24 de enero enterramos a Caridad Lucas Sánchez, y el 29 de enero a Mariano Garrido Sánchez, los dos en Almenara. Descansen en paz.
*El 29 de enero se bautizaron en Santiz Adrián Vicente de Andrés y su hermano Sergio.
*El pasado fin de semana en Almenara estuvimos de fiesta, anticipándonos a San Blas celebramos dos días de convivencia entre todos los vecinos. Matamos un cerdo y después degustamos sus carnes entre todos. Con la colecta en la comida se consiguieron 150 euros que se han entregado a Caritas para Haití.
*El día 3, San Blas, los mayores de Almenara celebraron su día de fiesta. Después de la misa, bendición de gargantillas y la procesión, nos juntamos en el hogar para comer.
*En no pocos de los pueblos de nuestra Unidad Pastoral se han celebrado “las águedas”, día de asueto y ciertas reivindicaciones bastante suaves, la verdad. No olvidemos que siempre ha habido mafias. Santa Águeda, siciliana del s. III, fue víctima de una mafia; como toda mafia, la quisieron llevar por donde ella no deseaba. A los mafiosos nunca se les ve, actúan desde la penumbra y mueven los hilos de las relaciones propagandísticas distorsionando la realidad, confundiendo las mentes con el temor…. y llevando el agua a su molino. Santa Águeda, en fidelidad voluntaria a su destino, no creyendo en las falsas promesas de vida fácil que le presentaban los mafiosos, entregó su vida como testimonio de la libertad verdadera. Santa Águeda, ruega por nosotros.
HUMOR PARROQUIAL
* - José!!, grita el jefe de sección; acaso no sabe que está prohibido beber durante el trabajo.
- José: No se preocupe jefe, no estoy trabajando.
* - Pepe, Pepe, en veinticinco años de casados nunca me has comprado nada. --- Es que vendes algo
* Eres más impertinente que un cochino debajo del brazo.
* ¿Que le dice una uva verde a una uva morada? Respira
* El chiste más corto jamás contado:
- ¿Araña?
- No, gato.
* El que ríe el último no lo entendió.
Hoja nº9--- 7 de febrero de 2010
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