domingo, 13 de febrero de 2011

HOJA 47


LA PALABRA DE DIOS


Si quieres, guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida, le darán lo que él escoja. (Eclesiástico 5, 16-18) Primera Lectura

Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. (1ª Cor. 2, 6s) Segunda Lectura

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Os aseguro: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será procesado… Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior… Sabéis que se mandó a los antiguos: “No jurarás en falso” y “cumplirás tus votos al Señor”. Pues yo os digo que no juréis en absoluto… A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno. (Mateo 3, 20ss.27s.33) Evangelio

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Dichoso el que con vida intachable

camina en la voluntad del Señor;

dichoso el que guardando sus preceptos

lo busca de todo corazón.

¡Ojalá esté firme mi camino

para cumplir tus consignas.

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes

y lo seguiré puntualmente;

enséñame a cumplir tu voluntad

y a guardarla de todo corazón.

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.



Oración

Alimentados y fortalecidos con tu Palabra, te pedimos, Señor, que apetezcamos siempre las fuentes de donde brota la vida verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.



REFLEXIÓN

Con apasionada ansia el salmista suplica enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Con él pedimos nosotros hoy eso al Señor, cuando Él mismo nos insta a la responsabilidad libre en nuestras respuestas ante el bien y el mal. Su voluntad no es una obligación opresora, una exigencia caprichosa sino la manifestación de su amoroso designio sobre nosotros para que, desde la libertad, acertemos y logremos ser dichosos. Al rogarlo con el salmista, recorremos el camino de la vida bajo la mirada bondadosa de Dios, orientados por la sabiduría divina desplegada en Jesús, sedientos y colmados de la dicha firme y permanente

¡Cuánto nos conviene hoy esto! Sin duda alguna, en la vida necesitamos de normas y orientaciones para convivir en paz y tranquilidad; pero si nos quedamos en el cumplimiento de leyes y órdenes es más que probable el que se achique nuestro corazón. Entonces todo se vuelve grave y pesado. Si la única razón que moviera a una madre a amamantar a su niño fuera la exigencia de la Ley, ese gesto se haría penoso, carga inoportuna y, aun siendo un gesto de amor, en realidad no pasaría de ser el cumplimiento de un trámite. Cuando nuestro interior, el corazón de cualquier hombre o mujer, no es movido y alimentado desde esa sabiduría divina…, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria puede que nuestras obras alcancen a ser correctas pero difícilmente, por no decir imposible, alcancen la satisfacción de la dicha firme, que acompaña a todo cuanto tiene su origen en el amor, en Dios que es Amor. La flor es diferente del tallo, y más aún de la raíz, y sin embargo es el tallo, y antes y más es la raíz lo que hace que la flor sea una rosa o una mala hierba. La raíz del cristiano, su interior determinante, es Dios. Su condición es la filiación divina. Su actuar, sus obras han de ser las propias de los hijos de Dios.

Esa sabiduría misteriosa, escondida de la que nos habla la segunda Lectura es desvelada por Jesús, el Hijo Primogénito; esto es: sois hijos del Padre que está en los Cielos. Nuestro actuar, nuestras obras, pues, no han de ser fruto del cumplimiento de leyes y normas –muchas veces útiles y convenientes-, sino desde la responsable libertad de los hijos que despliegan la perfección y santidad del Padre. No basta con no matar; es preciso buscar el bien de nuestros semejantes. No se trata sólo de evitar el adulterio, sino de que sea limpia la fuente de cualquier deseo. Frente a cualquier enemistada separación, brote la armoniosa unidad. No sólo es censurable el jurar en falso; es laudable, hermoso y grande que toda palabra sea dicha en verdad. ¿Por qué? Porque Dios es Verdad, Armonía plena, Limpieza, sumo Bien, y… nosotros somos sus hijos.

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Manos Unidas presentó la Campaña LII que, con el lema “Su mañana es hoy”, va a exigir y a reclamar el cumplimiento del cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio: reducir la mortalidad de niños menores de cinco años.

La intención de Manos Unidas con esta campaña no es solo mover a la reflexión sino reclamar soluciones, porque el asunto es de tal gravedad que requiere acción inmediata. Las estadísticas así lo demuestran: por causas fácilmente prevenibles mueren cada hora en el mundo cerca de 1.000 niños menores de 5 años.

“Su mañana es hoy”

En cuanto a la campaña “Su mañana es Hoy”, la presidenta de Manos Unidas señaló que decenas de miles de niños menores de cinco años mueren cada día por causas prevenibles, asociadas a la pobreza, un dato “escalofriante” que, a su juicio, “debería hacer bajar la cabeza de vergüenza a todos los que, de una u otra manera, tienen en sus manos terminar con esta injusticia”.
Lo triste e indignante, añadió, es que algunos de los que la bajan, no lo hacen por vergüenza, sino porque no quieren ver… Y eso es lo que queremos denunciar en esta campaña: la falta de voluntad para acabar con un problema lacerante.

“En Manos Unidas, continuó, sabemos que, en la medida en que consigamos reducir los niveles de pobreza, analfabetismo, enfermedad y desnutrición, estaremos sentando las bases para reducir muchas de las causas de la mortalidad infantil”.

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