viernes, 4 de junio de 2010

HOJA 25


De la primera carta de san Pablo a los Corintios


Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.” Lo mismo hizo con la copa después de cenar, diciendo: “Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía.” Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

………………

De rodillas, Señor, ante el sagrario,

que guarda cuanto queda de amor y de unidad,

venimos con las flores de un deseo,

para que nos las cambies en frutos de verdad.

Cristo en todas las almas, y en el mundo la paz.

Como ciervos sedientos que van hacia la fuente,

Vamos hacia tu encuentro,

sabiendo que vendrás;

porque el que busca es porque ya en la frente

lleva un beso de paz, lleva un beso de paz.

Cristo en todas las almas y en el mundo la paz

Como estás, mi Señor, en la custodia

igual que la palmera que alegra el arenal,

queremos que en centro de la vida

reine sobre las cosas tu ardiente caridad.

Cristo en todas las almas y en el mundo la paz

Tiradas a tus plantas las armas de la guerra,

rojas flores tronchadas por un ansia de amar;

hagamos de los cielos y la tierra

como un inmenso altar, un inmenso altar.

Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Oración

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

REFLEXIÓN

“Haced esto en conmemoración mía”. Tal vez se encuentren en estas palabras todo el encargo de Jesús. ¿Qué significan estas palabras? Indudablemente es un mandato salvador de perpetuar su presencia en medio de nosotros. Presencia que recuerda y actualiza la ofrenda de su vida entera a Dios Padre a favor nuestro; ofrecimiento del sacrificio de su vida en la Cruz y que es anticipado en la Cena. Todavía más, es invitación apremiante a acoger en nuestros corazones su vida entregada, su vida divina, como entra en nosotros el pan y el vino cuando lo comemos o lo bebemos; de esa forma empezamos a ser cristianos, alimentados por Cristo, incorporados a Él, que por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó, fue crucificado y muerto resucitó y, desde el Padre, nos llama a estar con Él.

No sólo todo eso. Es más. Es un mandato a vivir y morir así. A que nuestra vida entera sea una ofrenda a Dios en favor de todos los hombres. Que la comunidad cristiana, la Iglesia, sea un recinto de comunión de amor entre todos nosotros, sus miembros; que seamos transparentes de modo que, a través nuestro, Él sea el punto de arranque y la meta de llegada del amor mutuo como alabanza a Dios y alegría consumada para todos, especialmente los más pobres y necesitados, los sufrientes y menesterosos, aquellos con los cuales Él ha querido singularmente identificarse.

La santa Misa, pues, no es “la salsa de todos los guisos”. No es un adorno en un programa festivo; no es la antesala previa a un banquete con motivo de san Roque, de santa Rita o del patrono de los mineros, ni culminación de un alborozado velatorio… No. Estaríamos devaluándola y traicionando el amoroso encargo de Jesucristo, nuestro único Señor. Es el Memorial por excelencia de Jesucristo que, celebrada ella, en el domingo, día del Señor, nos congrega y reúne como hijos de un mismo Padre para estrechar nuestra caridad y ser portadores de esperanza en este mundo. La tarea es inmensa, pero Jesús, el Señor, marcha delante. La procesión de hoy es un signo de su caminar a la cabeza, de esa presencia real.



NOTICIAS



+No por ser pequeño celebró con menor entusiasmo y júbilo El Arco la fiesta de san Fernando en los días 29 y 30 de mayo. El nutrido coro parroquial cantó la santa Misa con música castellana, incluso acompañada con sencillos instrumentos de la tierra. Entre cantos de todos y con devoción tuvimos la procesión y la bendición de campos. Sin duda, fueron, desde la sencillez, unas jornadas alegres y festivas.

+Muchas gracias, en nombre de todos, a quienes os habéis ocupado voluntaria y amorosamente de preparar y adornar los altares en cada una de las parroquias de nuestra Unidad Pastoral. Con ello habéis mostrado el amor a la Eucaristía y también, qué duda cabe, con ello dejáis constancia y realce de la dignidad de cada uno de nuestros pueblos. Gracias

+El pasado 24 de abril fue bautizada en Santiz: Clara Catalina García, hija de José Manuel y María José.





Si tanto os preocupa la gente

y la situación clama al cielo,

no me salgáis por peteneras

diciendo que son muchos y no llega,

que hay que despedirlos,

que no es tiempo de vacas gordas…

¡Dadles vosotros de comer!



¡Aquí hay cinco panes y dos peces!

Son los primeros del banquete.

Y tú, ¿qué es lo que tienes?

Vacía tu alforja

y, ligero, pregunta a tu compañero

si quiere poner también él lo que lleva.



Corred la voz.

Que se haga mesa fraterna;

que nadie guarde el pan de hoy para mañana.

Desprendeos de lo que lleváis encima.

Tomad todo lo que llega.

Levantad los ojos al cielo

y bendecid al Dios de la vida

que tanto vela y vela.



Lo repartieron los que nada tenían.

Llegó para todos

y aún sobró para soñar utopías.



Días habrá en que tendréis que compartir

no lo de un día,

ni lo de una mochila,

ni lo que lleváis encima,

ni las sobras de la primavera,

sino lo mejor de vuestra cosecha,

y aún vuestra vida misma.



Gracias, Señor,

por romper nuestras murallas

y enseñarnos a compartir

siguiendo tu palabra.

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