Mateo 28, 1-10
1 Pasado el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. 2 De pronto la tierra tembló violentamente, porque el ángel del Señor bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó encima. 3 Tenía aspecto de relámpago y su vestido era blanco como la nieve. 4 Los centinelas temblaron del miedo y se quedaron como muertos. 5 El ángel habló a las mujeres:
Vosotras, no tengáis miedo. Ya sé que buscáis a Jesús el crucificado; 6 no está aquí, ha resucitado, como tenía dicho. Venid a ver el sitio donde yacía, 7 y después id aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la muerte y que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán. Esto es todo.
8 Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. 9 De pronto Jesús les salió al encuentro y las saludó diciendo:
- ¡Alegraos!
Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies. 10 Jesús les dijo:
- No tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.
Parroquias de Almenara, Valverdón, San Pelayo de Guareña, El Arco, Santiz, Palacios del Arzobispo, Zamayón, Aldearrodrigo, Torresmenudas, Valdelosa y Topas.
sábado, 23 de abril de 2011
viernes, 22 de abril de 2011
¿Quién es aquel Caballero
herido por tantas partes,
que está de expirar tan cerca,
y no le socorre nadie?
«Jesús Nazareno» dice
aquel rétulo notable.
¡Ay Dios, que tan dulce nombre
no promete muerte infame!
Después del nombre y la patria,
Rey dice más adelante,
pues si es rey, ¿cuándo de espinas
han usado coronarse?
Dos cetros tiene en las manos,
mas nunca he visto que claven
a los reyes en los cetros
los vasallos desleales.
Unos dicen que si es Rey,
de la cruz descienda y baje;
y otros, que salvando a muchos,
a sí no puede salvarse.
De luto se cubre el cielo,
y el sol de sangriento esmalte,
o padece Dios, o el mundo
se disuelve y se deshace.
Al pie de la cruz, María
está en dolor constante,
mirando al Sol que se pone
entre arreboles de sangre.
Con ella su amado primo
haciendo sus ojos mares,
Cristo los pone en los dos,
más tierno porque se parte.
¡Oh lo que sienten los tres!
Juan, como primo y amante,
como madre la de Dios,
y lo que Dios, Dios lo sabe.
Alma, mirad cómo Cristo,
para partirse a su Padre,
viendo que a su Madre deja,
le dice palabras tales:
Mujer, ves ahí a tu hijo
y a Juan: Ves ahí tu Madre.
Juan queda en lugar de Cristo,
¡ay Dios, qué favor tan grande!
Viendo, pues, Jesús que todo
ya comenzaba a acabarse,
Sed tengo, dijo, que tiene
sed de que el hombre se salve.
Corrió un hombre y puso luego
a sus labios celestiales
en una caña una esponja
llena de hiel y vinagre.
¿En la boca de Jesús
pones hiel?, hombre, ¿qué haces?
Mira que por ese cielo
de Dios las palabras salen.
Advierte que en ella puso
con sus pechos virginales
una ave su blanca leche
a cuya dulzura sabe.
Alma, sus labios divinos,
cuando vamos a rogarle,
¿cómo con vinagre y hiel
darán respuesta süave?
Llegad a la Virgen bella,
y decirle con el ángel:
«Ave, quitad su amargura,
pues que de gracia sois Ave».
Sepa al vientre el fruto santo,
y a la dulce palma el dátil;
si tiene el alma a la puerta
no tengan hiel los umbrales.
Y si dais leche a Bernardo,
porque de madre os alabe,
mejor Jesús la merece,
pues Madre de Dios os hace.
Dulcísimo Cristo mío,
aunque esos labios se bañen
en hiel de mis graves culpas,
Dios sois, como Dios habladme.
Habladme, dulce Jesús,
antes que la lengua os falte,
no os desciendan de la cruz
sin hablarme y perdonarme.
Poemas de Lope de Vega
herido por tantas partes,
que está de expirar tan cerca,
y no le socorre nadie?
«Jesús Nazareno» dice
aquel rétulo notable.
¡Ay Dios, que tan dulce nombre
no promete muerte infame!
Después del nombre y la patria,
Rey dice más adelante,
pues si es rey, ¿cuándo de espinas
han usado coronarse?
Dos cetros tiene en las manos,
mas nunca he visto que claven
a los reyes en los cetros
los vasallos desleales.
Unos dicen que si es Rey,
de la cruz descienda y baje;
y otros, que salvando a muchos,
a sí no puede salvarse.
De luto se cubre el cielo,
y el sol de sangriento esmalte,
o padece Dios, o el mundo
se disuelve y se deshace.
Al pie de la cruz, María
está en dolor constante,
mirando al Sol que se pone
entre arreboles de sangre.
Con ella su amado primo
haciendo sus ojos mares,
Cristo los pone en los dos,
más tierno porque se parte.
¡Oh lo que sienten los tres!
Juan, como primo y amante,
como madre la de Dios,
y lo que Dios, Dios lo sabe.
Alma, mirad cómo Cristo,
para partirse a su Padre,
viendo que a su Madre deja,
le dice palabras tales:
Mujer, ves ahí a tu hijo
y a Juan: Ves ahí tu Madre.
Juan queda en lugar de Cristo,
¡ay Dios, qué favor tan grande!
Viendo, pues, Jesús que todo
ya comenzaba a acabarse,
Sed tengo, dijo, que tiene
sed de que el hombre se salve.
Corrió un hombre y puso luego
a sus labios celestiales
en una caña una esponja
llena de hiel y vinagre.
¿En la boca de Jesús
pones hiel?, hombre, ¿qué haces?
Mira que por ese cielo
de Dios las palabras salen.
Advierte que en ella puso
con sus pechos virginales
una ave su blanca leche
a cuya dulzura sabe.
Alma, sus labios divinos,
cuando vamos a rogarle,
¿cómo con vinagre y hiel
darán respuesta süave?
Llegad a la Virgen bella,
y decirle con el ángel:
«Ave, quitad su amargura,
pues que de gracia sois Ave».
Sepa al vientre el fruto santo,
y a la dulce palma el dátil;
si tiene el alma a la puerta
no tengan hiel los umbrales.
Y si dais leche a Bernardo,
porque de madre os alabe,
mejor Jesús la merece,
pues Madre de Dios os hace.
Dulcísimo Cristo mío,
aunque esos labios se bañen
en hiel de mis graves culpas,
Dios sois, como Dios habladme.
Habladme, dulce Jesús,
antes que la lengua os falte,
no os desciendan de la cruz
sin hablarme y perdonarme.
Poemas de Lope de Vega
miércoles, 20 de abril de 2011
Ante de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?». Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde». Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza». Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos». Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos».
Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros».
sábado, 16 de abril de 2011
HOJA 56 SEMANA SANTA
Del Evangelio según san Mateo
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó a dos discípulos diciéndoles: Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto. Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: “Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila.” Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino, algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Viva el Altísimo! Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: ¿Quién es éste? La gente que venía con él decía: Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.
PLEGARIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque se acercan ya los días santos de su pasión salvadora y de su resurrección gloriosa; en ellos celebramos su triunfo sobre el poder de nuestro enemigo y renovamos el misterio de nuestra redención. Por eso, los ángeles te cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente tu alabanza.
LA SEMANA SANTA
El Domingo de Ramos, hoy, es el inicio de la semana que llamamos santa; también semana mayor. Durante ella, y más concretamente durante el Triduo Pascual, celebramos a Jesucristo en los momentos más centrales de su vida y de su persona. A lo largo de estos días la mirada y la atención de cristiano se dirigen, con mayor intensidad y devoción, a su Señor, Maestro y Salvador. Pese a ello, es Él quien se acerca a nosotros, quien nos mira y ama.
Es él quien desea ardientemente celebrar su Cena con nosotros. En ella nos entrega su Cuerpo y Sangre, como alimento de vida y viático para el camino; se muestra servidor nuestro de una manera que siempre es novedosa para cada generación; nos limpia los pies de nuestro errado camino y nos insta, con su ejemplo hecho recomendación imperiosa, a tratarnos mutuamente de igual forma, a vivir nuestra existencia como entrega de amor de nuestras vidas a favor de nuestros hermanos. Pues sus palabras: haced esto en conmemoración mía” no se reducen a la repetición y actualización ritual de la Eucaristía, sino que alcanza igualmente al amor diario: paciencia y misericordia, corrección y perdón, armonía y paz entre nosotros. ¿Cómo no acompañarlo, adorarlo en la Eucaristía, de forma singular esa tarde, en la solemne reserva?
La Liturgia del Viernes Santo es sobria y de suave dramatismo contenido. El punto sobre la cual gira la celebración es Jesucristo crucificado. La Liturgia de la Palabra desemboca en la pasión y muerte del Jesús según el relato evangélico de san Juan. La comunidad celebradora, oyente de la Palabra, acoge ésta con corazón agradecido, se comprende a sí misma como parte de los redimidos por la Cruz; por ello ora y reza por todo el género humano: creyentes y no creyentes, sin olvidar aquellos hermanos que llevan en sus cuerpos o espíritus las marcas de Cristo doliente. Acto seguido, se acerca a adorar esa Cruz redentora; es un beso o inclinación que ha de significar gratitud y amor, adoración y ofrenda, súplica de perdón y deseo de cambio de vida. Finalmente y con mayor silencio si cabe, a ejemplo de María y José de Arimatea que acogieron en sus brazos a Jesús muerto, y con piedad lo colocaron en un sepulcro nuevo, la comunidad se acerca a la Comunión, con la esperanza puesta en la resurrección.
La Solemne Vigilia Pascual, en la noche del sábado, es la celebración más importante de todo el Año Litúrgico. Congregados en torno a un pequeño fuego, con un gesto sencillo, los fieles encienden la Luz de quien es dueño del tiempo y la eternidad, del Viviente. Haciéndose partícipes de esa Luz entran en el templo para, una vez más, escuchar las grandes maravillas de Dios en la Historia: la creación, las promesas, las liberaciones que el Padre ha ido realizando a favor de cada generación; todas ellas convergen y son superadas rompiendo las ataduras de la muerte, en su Hijo. Por el Bautismo, nos ha incorporado a esa vida. Así pues, es momento adecuado para que, con nuestras lámparas encendidas, rechacemos el mal en nuestras vidas y confesemos nuestra fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Es decir, nuestra vida no estará al servicio de la esclavitud del pecado, sino de la libertad de quienes quieren vivir como hijos de Dios. Es la alegría de la Pascua.
De corazón os deseamos a todos una feliz Semana Santa.
NOTICIAS
+ Aunque sea de forma desigual, es decir, en unas parroquias con mayor dedicación que en otras, lo cierto es que hay personas que, con generosidad y espíritu servicial, se ocupan de preparar todo ( el monumento, la cruz, las imágenes, el agua, el fuego…) para estas celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Para ellas, nuestro reconocimiento y gratitud. Sería de desear que se viera incrementado el número de quienes se ocupan en esta necesaria y meritoria tarea.
+ Desgraciadamente nosotros, los párrocos, no podremos estar en todas las celebraciones de los días centrales de la Semana Santa. No es poco, dada nuestra situación, si conseguimos mantener las esenciales. Ya en los años pasados, algunos de vosotros habéis suplido de forma excelente nuestra forzada ausencia en casos como viacrucis, procesiones… etc. Agradecemos vuestra comprensión y paciencia. El hecho de que os ocupéis de estos actos piadosos es motivo de esperanza en nuestra Unidad de Pastoral.
+ Todos podéis ver en nuestras iglesias los horarios de las celebraciones y actos de piedad. Pero queremos resaltar, por su incomparable importancia, la Solemne Vigilia Pascual. En nuestra Unidad de Pastoral la celebraremos en Torresmenudas a las 21,30 horas y en Almenara de Tormes a las 10,30 del Sábado Santo. Todos estamos invitados, que nadie de ninguna de las otras parroquias piense que no es para él. Acudamos a cualquiera de los dos sitios con devoción y alegría.
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó a dos discípulos diciéndoles: Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto. Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: “Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila.” Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino, algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Viva el Altísimo! Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: ¿Quién es éste? La gente que venía con él decía: Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.
PLEGARIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque se acercan ya los días santos de su pasión salvadora y de su resurrección gloriosa; en ellos celebramos su triunfo sobre el poder de nuestro enemigo y renovamos el misterio de nuestra redención. Por eso, los ángeles te cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente tu alabanza.
LA SEMANA SANTA
El Domingo de Ramos, hoy, es el inicio de la semana que llamamos santa; también semana mayor. Durante ella, y más concretamente durante el Triduo Pascual, celebramos a Jesucristo en los momentos más centrales de su vida y de su persona. A lo largo de estos días la mirada y la atención de cristiano se dirigen, con mayor intensidad y devoción, a su Señor, Maestro y Salvador. Pese a ello, es Él quien se acerca a nosotros, quien nos mira y ama.
Es él quien desea ardientemente celebrar su Cena con nosotros. En ella nos entrega su Cuerpo y Sangre, como alimento de vida y viático para el camino; se muestra servidor nuestro de una manera que siempre es novedosa para cada generación; nos limpia los pies de nuestro errado camino y nos insta, con su ejemplo hecho recomendación imperiosa, a tratarnos mutuamente de igual forma, a vivir nuestra existencia como entrega de amor de nuestras vidas a favor de nuestros hermanos. Pues sus palabras: haced esto en conmemoración mía” no se reducen a la repetición y actualización ritual de la Eucaristía, sino que alcanza igualmente al amor diario: paciencia y misericordia, corrección y perdón, armonía y paz entre nosotros. ¿Cómo no acompañarlo, adorarlo en la Eucaristía, de forma singular esa tarde, en la solemne reserva?
La Liturgia del Viernes Santo es sobria y de suave dramatismo contenido. El punto sobre la cual gira la celebración es Jesucristo crucificado. La Liturgia de la Palabra desemboca en la pasión y muerte del Jesús según el relato evangélico de san Juan. La comunidad celebradora, oyente de la Palabra, acoge ésta con corazón agradecido, se comprende a sí misma como parte de los redimidos por la Cruz; por ello ora y reza por todo el género humano: creyentes y no creyentes, sin olvidar aquellos hermanos que llevan en sus cuerpos o espíritus las marcas de Cristo doliente. Acto seguido, se acerca a adorar esa Cruz redentora; es un beso o inclinación que ha de significar gratitud y amor, adoración y ofrenda, súplica de perdón y deseo de cambio de vida. Finalmente y con mayor silencio si cabe, a ejemplo de María y José de Arimatea que acogieron en sus brazos a Jesús muerto, y con piedad lo colocaron en un sepulcro nuevo, la comunidad se acerca a la Comunión, con la esperanza puesta en la resurrección.
La Solemne Vigilia Pascual, en la noche del sábado, es la celebración más importante de todo el Año Litúrgico. Congregados en torno a un pequeño fuego, con un gesto sencillo, los fieles encienden la Luz de quien es dueño del tiempo y la eternidad, del Viviente. Haciéndose partícipes de esa Luz entran en el templo para, una vez más, escuchar las grandes maravillas de Dios en la Historia: la creación, las promesas, las liberaciones que el Padre ha ido realizando a favor de cada generación; todas ellas convergen y son superadas rompiendo las ataduras de la muerte, en su Hijo. Por el Bautismo, nos ha incorporado a esa vida. Así pues, es momento adecuado para que, con nuestras lámparas encendidas, rechacemos el mal en nuestras vidas y confesemos nuestra fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Es decir, nuestra vida no estará al servicio de la esclavitud del pecado, sino de la libertad de quienes quieren vivir como hijos de Dios. Es la alegría de la Pascua.
De corazón os deseamos a todos una feliz Semana Santa.
NOTICIAS
+ Aunque sea de forma desigual, es decir, en unas parroquias con mayor dedicación que en otras, lo cierto es que hay personas que, con generosidad y espíritu servicial, se ocupan de preparar todo ( el monumento, la cruz, las imágenes, el agua, el fuego…) para estas celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Para ellas, nuestro reconocimiento y gratitud. Sería de desear que se viera incrementado el número de quienes se ocupan en esta necesaria y meritoria tarea.
+ Desgraciadamente nosotros, los párrocos, no podremos estar en todas las celebraciones de los días centrales de la Semana Santa. No es poco, dada nuestra situación, si conseguimos mantener las esenciales. Ya en los años pasados, algunos de vosotros habéis suplido de forma excelente nuestra forzada ausencia en casos como viacrucis, procesiones… etc. Agradecemos vuestra comprensión y paciencia. El hecho de que os ocupéis de estos actos piadosos es motivo de esperanza en nuestra Unidad de Pastoral.
+ Todos podéis ver en nuestras iglesias los horarios de las celebraciones y actos de piedad. Pero queremos resaltar, por su incomparable importancia, la Solemne Vigilia Pascual. En nuestra Unidad de Pastoral la celebraremos en Torresmenudas a las 21,30 horas y en Almenara de Tormes a las 10,30 del Sábado Santo. Todos estamos invitados, que nadie de ninguna de las otras parroquias piense que no es para él. Acudamos a cualquiera de los dos sitios con devoción y alegría.
viernes, 8 de abril de 2011
HOJA 55
Esto dice el Señor: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. ( Ezequiel 37, 12) Primera Lectura
Si Cristo está en vosotros el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. (Romanos 8, 10-11) Segunda Lectura
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta respondió: Sé que resucitará en la resurrección del último día. Jesús le dice: Yo soy la resurrección y le vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Ella contestó: Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. (Juan 11, 23-27) Evangelio
Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz:
Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor
más que el centinela la aurora.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Oración
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo el universo aprende a proclamar tu grandeza y, por la fuerza de la Cruz, el mundo es juzgado como reo y el Crucificado exaltado como Juez poderoso.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría te aclamamos con los ángeles y los santos.
REFLEXIÓN
Las Lecturas de hoy son un paso más en la comprensión de los Sacramentos, en especial el Bautismo, cuyas promesas renovaremos en la solemne Vigilia Pascual (a la que es bueno asistir, aunque sea en otro pueblo). Que Jesús se estremezca ante Lázaro sepultado no debemos entenderlo únicamente como expresión de un profundo afecto humano y espiritual. En Jesucristo, el Hijo de Dios, se da un hondo dolor ante lo que el pecado ha hecho del hombre. Como cualquier israelita piadoso y conocedor de las Escrituras, sabe cómo Dios creó a Adán a su imagen, cuerpo y alma, resplandeciente de vida y de belleza. Como en otras muchas ocasiones que nos relatan los evangelios, Jesús se conmovió -¡y sigue conmoviéndose!- al ver el brutal estrago que el pecado ha traído sobre el creado por Dios a su imagen y semejanza; en efecto, la muerte es la consecuencia más dañina y patente del pecado. Mejor que nadie, Jesús, Dios-Hombre, conoce ese drama. No necesita de estudios sociológicos para darse cuenta de cómo el pecado –el extravío de los caminos de Dios- hiere en su vitalidad la vida de sus discípulos, de nosotros, dejándonos a la intemperie, a merced de un paganismo creciente.
Toda vida es fruto sazonado de la voluntad amorosa del Creador. La vida, desagraciada por el pecado, requiere una nueva infusión de vida para resurgir, necesita agua viva que mane hasta la vida eterna; necesita una Luz que ilumine mente y corazón para andar sin error alguno el camino de la vida. Con otras palabras: la vida del hombre requiere Resurrección y Vida. Esta aspiración está latente en el corazón de todo hombre; en ocasiones de forma confusa, y puede que incluso, si no errónea, sí alicorta; como la que expresa Marta, la hermana de Lázaro. A ella –y a todos nosotros- se revela Jesús no como un milagrero que abre tumbas, sino como Resurrección y Vida para los que creen en Él. Al igual que Marta, nosotros los cristianos le confesamos, por el Bautismo, el necesitado del mundo, el que tenía que ser enviado por el Padre, el único que es capaz de infundirnos Resurrección y Vida.
Asociados a Él, incorporados a su Muerte y Resurrección, nosotros los cristianos, la entera comunidad de la Iglesia, redimida por Él y convertida a Él, posee los medios para infundir esta Vida nueva en sus propios miembros y en el mundo. A través de los Sacramentos y de nuestro amor fraterno, el Señor Jesús sigue ofreciéndose como perdón y misericordia, curación y salud para todos cuantos creemos en Él en todo tiempo y lugar. Tiempo singular es la cuaresma; lugar idóneo la confesión, el Sacramento de la Penitencia.
CELEBRAREMOS EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA (confesiones cuaresmales) en la unidad pastoral con los siguiente horarios
MARTES 12
Torresmenudas: de 18,00 a 18,30
Aldearrodrigo: de 18,45 a 19,15
El Arco: de 19,30 a 19,50
San Pelayo: de 19,30 a 19,50
Zamayón: de 20,00 a 20,30
MIERCOLES 13
Almenara: de 18,00 a 18,20
Valverdón: de 18,00 a 18,30
Santiz: de 19,15 a 19,45
Palacios de 20,15 a 21,00
Pecados Capitales -Virtudes para vencerles
1-Soberbia ante el deseo de alto honor y gloria
Humildad :Reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado.
2-Avaricia ante el deseo de acaparar riquezas
Generosidad: Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que necesiten.
3- Lujuria ante el apetito sexual
Castidad logra el dominio de los apetitos sensuales
4- Ira ante un daño o dificultad
Paciencia. Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades.
5- Gula ante la comida y bebida
Templanza. Moderación en el comer y en el beber
6- Envidia :resiente las cualidades, bienes o logros de otro porque reducen nuestra auto-estima Caridad. Desear y hacer siempre el bien al prójimo
7- Pereza :del desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales
Diligencia: Prontitud de ánimo para obrar el bien
Si Cristo está en vosotros el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. (Romanos 8, 10-11) Segunda Lectura
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta respondió: Sé que resucitará en la resurrección del último día. Jesús le dice: Yo soy la resurrección y le vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Ella contestó: Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. (Juan 11, 23-27) Evangelio
Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz:
Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor
más que el centinela la aurora.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Oración
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo el universo aprende a proclamar tu grandeza y, por la fuerza de la Cruz, el mundo es juzgado como reo y el Crucificado exaltado como Juez poderoso.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría te aclamamos con los ángeles y los santos.
REFLEXIÓN
Las Lecturas de hoy son un paso más en la comprensión de los Sacramentos, en especial el Bautismo, cuyas promesas renovaremos en la solemne Vigilia Pascual (a la que es bueno asistir, aunque sea en otro pueblo). Que Jesús se estremezca ante Lázaro sepultado no debemos entenderlo únicamente como expresión de un profundo afecto humano y espiritual. En Jesucristo, el Hijo de Dios, se da un hondo dolor ante lo que el pecado ha hecho del hombre. Como cualquier israelita piadoso y conocedor de las Escrituras, sabe cómo Dios creó a Adán a su imagen, cuerpo y alma, resplandeciente de vida y de belleza. Como en otras muchas ocasiones que nos relatan los evangelios, Jesús se conmovió -¡y sigue conmoviéndose!- al ver el brutal estrago que el pecado ha traído sobre el creado por Dios a su imagen y semejanza; en efecto, la muerte es la consecuencia más dañina y patente del pecado. Mejor que nadie, Jesús, Dios-Hombre, conoce ese drama. No necesita de estudios sociológicos para darse cuenta de cómo el pecado –el extravío de los caminos de Dios- hiere en su vitalidad la vida de sus discípulos, de nosotros, dejándonos a la intemperie, a merced de un paganismo creciente.
Toda vida es fruto sazonado de la voluntad amorosa del Creador. La vida, desagraciada por el pecado, requiere una nueva infusión de vida para resurgir, necesita agua viva que mane hasta la vida eterna; necesita una Luz que ilumine mente y corazón para andar sin error alguno el camino de la vida. Con otras palabras: la vida del hombre requiere Resurrección y Vida. Esta aspiración está latente en el corazón de todo hombre; en ocasiones de forma confusa, y puede que incluso, si no errónea, sí alicorta; como la que expresa Marta, la hermana de Lázaro. A ella –y a todos nosotros- se revela Jesús no como un milagrero que abre tumbas, sino como Resurrección y Vida para los que creen en Él. Al igual que Marta, nosotros los cristianos le confesamos, por el Bautismo, el necesitado del mundo, el que tenía que ser enviado por el Padre, el único que es capaz de infundirnos Resurrección y Vida.
Asociados a Él, incorporados a su Muerte y Resurrección, nosotros los cristianos, la entera comunidad de la Iglesia, redimida por Él y convertida a Él, posee los medios para infundir esta Vida nueva en sus propios miembros y en el mundo. A través de los Sacramentos y de nuestro amor fraterno, el Señor Jesús sigue ofreciéndose como perdón y misericordia, curación y salud para todos cuantos creemos en Él en todo tiempo y lugar. Tiempo singular es la cuaresma; lugar idóneo la confesión, el Sacramento de la Penitencia.
CELEBRAREMOS EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA (confesiones cuaresmales) en la unidad pastoral con los siguiente horarios
MARTES 12
Torresmenudas: de 18,00 a 18,30
Aldearrodrigo: de 18,45 a 19,15
El Arco: de 19,30 a 19,50
San Pelayo: de 19,30 a 19,50
Zamayón: de 20,00 a 20,30
MIERCOLES 13
Almenara: de 18,00 a 18,20
Valverdón: de 18,00 a 18,30
Santiz: de 19,15 a 19,45
Palacios de 20,15 a 21,00
Pecados Capitales -Virtudes para vencerles
1-Soberbia ante el deseo de alto honor y gloria
Humildad :Reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado.
2-Avaricia ante el deseo de acaparar riquezas
Generosidad: Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que necesiten.
3- Lujuria ante el apetito sexual
Castidad logra el dominio de los apetitos sensuales
4- Ira ante un daño o dificultad
Paciencia. Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades.
5- Gula ante la comida y bebida
Templanza. Moderación en el comer y en el beber
6- Envidia :resiente las cualidades, bienes o logros de otro porque reducen nuestra auto-estima Caridad. Desear y hacer siempre el bien al prójimo
7- Pereza :del desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales
Diligencia: Prontitud de ánimo para obrar el bien
domingo, 3 de abril de 2011
HOJA 54
PALABRA DE DIOS
Hermanos, en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz, (toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz) buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia. Pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: “despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz”. (Efesios 5, 8-14) Segunda Lectura
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó: éste os sus padres para que naciera ciego? Jesús contestó: Ni éste ni sus padres, sino para que se manifiesten el él las obras de Dios…. Mientras estoy en el mundo, soy la Luz del mundo (Juan 9, 1-5) Evangelio
El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta
Oración
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la Luz Pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de Pueblo de la Alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza.
REFLEXIÓN
La Liturgia de la Palabra del domingo pasado, del actual y del próximo es una preparación, a la vez que honda explicación, del Bautismo, el primero de los Sacramentos. Aunque son ya pocos los bautizos que tenemos en nuestra Unidad de Pastoral, fácilmente podemos recordar cómo además del derramamiento del agua viva –tema central de domingo pasado- hay otros ritos que en nada carecen de importancia y alumbran el hondo significado del Sacramento. Uno de ellos se realiza en el momento en el que el sacerdote enciende una vela en el Cirio Pascual y se la entrega a los padres con estas palabras: “Recibid la Luz de Cristo. A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta Luz; que vuestro-o hijo-a, iluminado-a por Cristo, camine siempre como hijo-a de la Luz”. Es el Cirio encendido de nuevo fuego bendecido en la noche de la solemne Vigilia Pascual (a la que todos, si tenemos voluntad, con no mucho trabajo podemos acudir), que simboliza a Cristo viviente por los siglos como Luz del mundo. Todo el itinerario cuaresmal desemboca en la vivencia de ese momento singular, hacia él caminamos.
Para que la mente de un niño se ilumine y comience a aprender algunos secretos de la matemáticas, lengua o cualquiera otra disciplina ha menester un esfuerzo por su parte, ha de ejercitar el pensamiento con el estudio y la reflexión, además de la ayuda del maestro. Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado), le dice Jesús al ciego de nacimiento, a todo hombre que viene a este mundo. Es un proceso que cada uno de nosotros ha de emprender, de renovar constantemente: el lavarnos y purificarnos en la fuente del Enviado y adquirir la luz de la fe. Esta andadura tiene como dos movimientos: vaciarse y llenarse. Limpiarse de las obras de la tiniebla o ceguera, estériles y otrora vergonzosas, y, por otro lado, ejercitar y vivir las obras de la luz, de los iluminados por Cristo.
Esta condición agraciada que nos acompaña a los bautizados podrá acarrearnos a nuestro alrededor, como al ciego de nacimiento, sinsabores, desconfianzas y molestias; pero no hay gozo comparable como el que trae la iluminación de nuestros ojos del alma y del corazón ante aquel que es Luz de Luz. Con la alegría de la mirada limpia el ciego de nacimiento, postrándose ante Jesús, le dijo: Creo, Señor.
+Os invitamos a todos a visitar nuestra página en internet: www.armuna1.blogspot.com y muy especialmente animamos a que la deis a conocer a vuestros familiares, amigos y conocidos que tengan alguna relación con nuestras parroquias. En esa página encontrarán ellos una posible ayuda para sus vidas; además existe la posibilidad de escribir en ella –en el apartado “comentarios”- cuanto crean que es de orientación y estímulo para bien de todos. Gracias.
+En Valverdón celebramos este domingo la Operación Bocata a beneficio de Manos Unidas. Algunas mujeres de las que se juntan a rezar el Viacrucis los viernes pensaron que podía ser un buen gesto para compartir con los más necesitados. Un buen grupo de mujeres se han unido. Enhorabuena. Ya os comentaremos el resultado.
NO ME MUEVE (A Cristo Crucificado)
No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves Señor muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido
muéveme al ver tu cuerpo tan herido
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme al fin y en tal manera
que aunque no hubiera cielo y yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
DANOS UN CORAZÓN
DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR.
DANOS UN CORAZÓN ,FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres nuevos, creadores de la historia
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad.
Hombres nuevos sin frenos ni cadenas.
Hombres libres que exigen libertad.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
Hermanos, en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz, (toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz) buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia. Pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: “despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz”. (Efesios 5, 8-14) Segunda Lectura
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó: éste os sus padres para que naciera ciego? Jesús contestó: Ni éste ni sus padres, sino para que se manifiesten el él las obras de Dios…. Mientras estoy en el mundo, soy la Luz del mundo (Juan 9, 1-5) Evangelio
El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta
Oración
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la Luz Pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de Pueblo de la Alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza.
REFLEXIÓN
La Liturgia de la Palabra del domingo pasado, del actual y del próximo es una preparación, a la vez que honda explicación, del Bautismo, el primero de los Sacramentos. Aunque son ya pocos los bautizos que tenemos en nuestra Unidad de Pastoral, fácilmente podemos recordar cómo además del derramamiento del agua viva –tema central de domingo pasado- hay otros ritos que en nada carecen de importancia y alumbran el hondo significado del Sacramento. Uno de ellos se realiza en el momento en el que el sacerdote enciende una vela en el Cirio Pascual y se la entrega a los padres con estas palabras: “Recibid la Luz de Cristo. A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta Luz; que vuestro-o hijo-a, iluminado-a por Cristo, camine siempre como hijo-a de la Luz”. Es el Cirio encendido de nuevo fuego bendecido en la noche de la solemne Vigilia Pascual (a la que todos, si tenemos voluntad, con no mucho trabajo podemos acudir), que simboliza a Cristo viviente por los siglos como Luz del mundo. Todo el itinerario cuaresmal desemboca en la vivencia de ese momento singular, hacia él caminamos.
Para que la mente de un niño se ilumine y comience a aprender algunos secretos de la matemáticas, lengua o cualquiera otra disciplina ha menester un esfuerzo por su parte, ha de ejercitar el pensamiento con el estudio y la reflexión, además de la ayuda del maestro. Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado), le dice Jesús al ciego de nacimiento, a todo hombre que viene a este mundo. Es un proceso que cada uno de nosotros ha de emprender, de renovar constantemente: el lavarnos y purificarnos en la fuente del Enviado y adquirir la luz de la fe. Esta andadura tiene como dos movimientos: vaciarse y llenarse. Limpiarse de las obras de la tiniebla o ceguera, estériles y otrora vergonzosas, y, por otro lado, ejercitar y vivir las obras de la luz, de los iluminados por Cristo.
Esta condición agraciada que nos acompaña a los bautizados podrá acarrearnos a nuestro alrededor, como al ciego de nacimiento, sinsabores, desconfianzas y molestias; pero no hay gozo comparable como el que trae la iluminación de nuestros ojos del alma y del corazón ante aquel que es Luz de Luz. Con la alegría de la mirada limpia el ciego de nacimiento, postrándose ante Jesús, le dijo: Creo, Señor.
+Os invitamos a todos a visitar nuestra página en internet: www.armuna1.blogspot.com y muy especialmente animamos a que la deis a conocer a vuestros familiares, amigos y conocidos que tengan alguna relación con nuestras parroquias. En esa página encontrarán ellos una posible ayuda para sus vidas; además existe la posibilidad de escribir en ella –en el apartado “comentarios”- cuanto crean que es de orientación y estímulo para bien de todos. Gracias.
+En Valverdón celebramos este domingo la Operación Bocata a beneficio de Manos Unidas. Algunas mujeres de las que se juntan a rezar el Viacrucis los viernes pensaron que podía ser un buen gesto para compartir con los más necesitados. Un buen grupo de mujeres se han unido. Enhorabuena. Ya os comentaremos el resultado.
NO ME MUEVE (A Cristo Crucificado)
No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves Señor muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido
muéveme al ver tu cuerpo tan herido
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme al fin y en tal manera
que aunque no hubiera cielo y yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
DANOS UN CORAZÓN
DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR.
DANOS UN CORAZÓN ,FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres nuevos, creadores de la historia
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad.
Hombres nuevos sin frenos ni cadenas.
Hombres libres que exigen libertad.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
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