sábado, 12 de noviembre de 2011

HOJA 74


Del Libro de los Proverbios


Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?, vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza. (Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31) Primera Lectura

De la primera carta de san Pablo a los Tesalonicenses

Hermanos: En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba. Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: “paz y seguridad”, entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar… Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos sobriamente. (Tesalonicenses 5, 1-3.6) Segunda Lectura

Del Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata; a otro, dos; a otro, uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó… Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco. (Mateo 25, 14-15.19-20) Evangelio

Oración

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al hombre, formado a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo, dominara la creación, y, al contemplar tus grandezas, en todo momento te alabara, por Cristo, Señor nuestro.

REFLEXION

La página bíblica sobre la mujer hacendosa es, en definitiva, una demostración del deber del hombre, lo mismo que de la mujer, de poner al servicio de la comunidad familiar, humana y eclesial, todas sus aptitudes. En este mismo sentido, el Evangelio afirma que cada uno ha de servir al Reino de Dios con todas las capacidades que posee. La historieta de la parábola tiene como tres momentos: el señor, amo, llama a sus siervos y les confía sus bienes; seguidamente, el dueño está ausente y los siervos deciden; finalmente llega el momento –parece que éste escapa a nuestro tiempo- de la vuelta y del ajuste de cuentas. La parábola, pues, culmina con una sentencia inapelable que descubre el proceder de los siervos.

Notemos que la distribución de los bienes, por parte del señor y amo, no se hace siguiendo una igualdad, sino según una cierta proporción: a cada cual según su capacidad. Durante el tiempo de la actividad de los criados, la desigualdad de capacidades no influye para nada en el comportamiento de ellos; depositarios de cinco o tres talentos, los dos primeros siervos proceden de forma idéntica; si bien sus resultados son desiguales numéricamente, no lo son en cuanto al desarrollo de sus capacidades. Sólo el tercero se comporta de modo diferente; ¿por qué? En tanto que la distribución de los talentos era desigual, lo que ahora preside el juicio del dueño es la igualdad. Los dos primeros criados, a pesar de conseguir rentas diferentes, reciben el mismo elogio y promesas absolutamente idénticas. El dueño está juzgando –juzga y juzgará-, no por la cantidad de actos buenos que le es presenta, sino por la calidad del trabajo desarrollado, por el comportamiento de la persona. Las palabras que el señor usa en la sentencia desvelan con claridad las actitudes que han tenido cada uno de los siervos. Los dos primeros se han guiado por la fidelidad; el tercero por la negligencia y vagancia.

Sí; es la vigilancia activa de la que el mismo Jesús nos hablaba en la parábola del domingo pasado; es el autor de las dos parábolas. Esa vigilancia activa se concretiza en el desarrollo pleno de las aptitudes con las que nos ha adornado; dones y regalos suyos –comenzando por la vida- que hemos de desplegar en servicio fiel a la comunidad humana, familiar y eclesial a la que pertenecemos. No importa tanto la cantidad cuanto la fidelidad en vigilancia para transformar en “rentables” nuestras vidas puestas al servicio de quienes nos rodean, adornando a esta sociedad de belleza y verdad, de justicia y benevolencia, de paz y alegría, de…



Algunas cifras de la Iglesia en España

De cara al Día de la Iglesia diocesana, veamos algunos datos de la presencia activa y fecunda que la Iglesia tiene en nuestro país:

+ La Iglesia ofrece atención religiosa a:

315.000 niños que reciben el Bautismo cada año

Más de 120.000 parejas que se han casado en la Iglesia este año.

10 millones de católicos que asisten a la Eucaristía cada domingo

Cientos de miles de voluntario que colaboran en acciones pastorales o son miembros activos de asociaciones y cofradías.

+ La Iglesia atiende también a:

Cerca de 1.400.000 niños que asisten a centros educativos de la Iglesia

Más de 200.000 inmigrantes den distintos servicio y centros.

Los privados de libertad de 77 cárceles españolas

Más de 50.000 niños y jóvenes de educación especial.

Más de 25.000 huérfanos

Más de 57.000 ancianos

+ La iglesia trabaja a diario en:

Más de 200 centros hospitalarios, ambulatorios, dispensarios

876 casas para ancianos, enfermos crónicos y minusválidos

Cerca de 900 orfanatos y centros para la tutela de la infancia

Más de 300 guarderías

365 centros especiales de educación o reeducación social

144 centros de caridad y sociales

300 consultorios para la defensa de la vida y de la familia

147 países donde diariamente están cerca de 18.000 sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares en misiones.






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