sábado, 26 de noviembre de 2011

Hoja 76

Del profeta Isaías


Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es “nuestro redentor”…. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia!.. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a Ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa. Y sin embargo, Señor, Tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y Tú el alfarero: somos todos obra de tu mano. (Isaías 63) Primera Lectura.

De la 1ª carta de san Pablo a los Corintios

Hermanos: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros… No carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el tribunal de Jesucristo Señor Nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor Nuestro. ¡Y Él es fiel! (1 Corintios 1, 3-9) Segunda Lectura

Del evangelio según san Marcos

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡velad! (Marcos 13, 33-37) Evangelio.

Señor, Dios nuestro, restáuranos,

que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha,

Tú que te sientas sobre querubines, resplancede.

Despierta tu poder y ven a salvarnos.

Dios de los ejércitos, vuélvete:

mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,

la cepa que tu diestra plantó y que Tú hiciste vigorosa.

Que tu mano proteja a tu escogido,

al hombre que Tú fortaleciste.

No nos alejaremos de Ti;

danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Señor, Dios nuestro, restáuranos,

que brille tu rostro y nos salve.



REFLEXION

Es Adviento. La Palabra de Dios de este domingo primero nos pone en situación de adentrarnos en este Tiempo. Primeramente destaca en ella la autoconciencia que hemos de tener de nosotros mismos: nos encontramos apartados de Dios, con la mancha de la impureza, como hojas marchitas zarandeadas por el vendaval. Mas llevamos dentro la añoranza de Dios. No puede ser de otra forma, ya que somos arcilla trabajada por Él, cepa plantada por su mano en su viña llena de vigor; pues Él es nuestro Padre, es el Pastor de Israel y a su fidelidad nos acogemos para implorar que vuelva su rostro y nos restaure para caminar por sus sendas. Esto es Adviento. Aguardamos esa manifestación salvadora que se realiza en nuestro Señor Jesucristo. Imploramos su visita para que nos mantenga firmes hasta el final, que la savia que corre por nuestra vida de hijos y hermanos tenga su fuente perenne en su mano protectora. Es Adviento.

¿Qué podemos hacer? Más que hacer podemos ser. Jesús nos dice que seamos vigilantes. Orar es vigilar y velar. La primera Lectura y el Salmo responsorial son dos oraciones preciosas que nos conviene rezar en este Tiempo; ellas afianzarán en nosotros esta actitud de vigilancia. Con un lenguaje sencillo y llenas de hermosura son como alimento apropiado para el lactante, como pan curruscante para el hambriento. El hombre vigilante ansía lo esperado: al Justo que trae la Paz. El hombre vigilante otea el horizonte y aprende a ver en cada momento cuál ha de ser su reacción; quizá hoy toque, con mayor urgencia, la austeridad de vida y la generosidad con los necesitados. El que vela descubre los signos y realizaciones concretas que ha de realizar, como adelanto, de aquél momento en el que la humanidad entera, libre ya de pecado y de muerte, entrará en el descanso de la felicidad lograda y consumada. Esto es Adviento. Es el Tiempo en el que sabemos que seremos visitados, más desconocemos el momento. Ambas cosas –saber y desconocer- nos instan a orar y a vigilar, a esperar y a actuar. ¡Feliz Adviento!



NOTICIAS

+ El pasado día 18 hemos celebrado en Torresmenudas la fiesta del Titular de la Parroquia: san Román, diácono y mártir. Como hermana menor de aquella en la que veneramos a Nuestra Señora de la Paz, festejamos a san Román con humilde fervor; arropados, como familia pequeña, bajo su intercesión lo hemos honrado en la procesión y suplicado que nos ayude para que nuestro lenguaje y palabras sean expresión de la Vedad que es Jesucristo, el Señor. Invitados todos los vecinos por el Excelentísimo Ayuntamiento dimos buena cuenta de unos corderos y otras sabrosas viandas en paz y armonía. Todos, al final, nos deseábamos poder encontrarnos así el año próximo.

+ Hemos dado sepultura cristiana el 18 de noviembre, en Zamayón, a Crescencio Hernández Romero. Descanse en paz.El mismo 18 de noviembre enterramos en Valverdón a Antonio García Ándres. Descanse en paz.

+ Ya el domingo pasado reseñábamos que nuestra hoja había alcanzado, con el favor de Dios y vuestra acogida, el nada desdeñable nº 75. Por estas fechas, más o menos, está cumpliendo los dos años. Con este motivo, deseamos agradecer la fidelidad de quienes las hayan coleccionado. Y, como expresión de nuestro reconocimiento, queremos hacer un obsequio a cuantos, antes del día 8, fiesta de la Inmaculada, puedan mostrarnos que tienen al menos 70 hojas distintas. Será un regalo, nada caro pero sí útil y práctico, en el próximo día de Reyes. Por favor, no tengan reparo alguno en hacérnoslo saber. El que vosotros nos lo pidáis será para nosotros una ocasión propicia de mostraros nuestra gratitud y alegría.

Preparemos los caminos

ya se acerca el Salvador

y salgamos, peregrinos,

al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,

ven tu pueblo a redimir;

purifica nuestras vidas

y no tardes en venir.

El rocío de los cielos

sobre el mundo va a caer,

el Mesías prometido,

hecho niño, va a nacer.

Te esperamos anhelantes

y sabemos que vendrás;

deseamos ver tu rostro

y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos,

desterrados de Sión,

que ya viene, ya está cerca,

él es nuestra salvación.

1 comentario:

  1. Quiero felicitar a Luís y Miguel por vuestro empeño en estás 76 hojas que no habeís entregado a lo largo de estos dos años. En ellas nos hacéis llegar de forma sencilla la Palabra de Dios y demás comentarios referentes a nuestros pueblos. Os animo a que sigáis asi.

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