Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios: hablad al corazón de Jerusalén, gritadle: que se cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados… Una voz grita: En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas de abajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale… Como un pastor apacienta el rebaño, su mano los reúne. Lleva en brazos los corderos, cuida de las madres. (Isaías 40, 1-5.11) Primera Lectura
De la 2ª carta del apóstol san Pedro
Queridos hermanos: No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tara en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan… Confiados n la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con El, inmaculados e irreprochables. (1ª Pedro 3, 8-14) Segunda Lectura
Del evangelio según san Marcos:
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos. Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran. Acudía la gente de Judea y Jerusalén, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.”
La salvación está ya cerca de sus fieles
y la gloria habitará en nuestra tierra.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra
y la justicia mira desde el cielo.
La justicia marchará ante Él,
la salvación seguirá sus pasos.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
REFLEXIÓN
Siempre estamos con preparativos, preparando cosas. Tenemos que preparar la comida, la casa, la sementera. Unos preparan ahora la matanza. Constantemente estamos de preparativos; pronto la cena de Navidad con los regalos de Reyes. También en ocasiones esa preparación se vuelve hacia nosotros; sucede cuando somos nosotros los que tenemos que prepararnos para un viaje, para salir a comprar…, y no nos queda más remedio que poner manos a la obra. En este tiempo, segundo domingo de Adviento, la Palabra de Dios, por medio del profeta, nos grita: “Preparadle un camino al Señor.” Y es que el Señor llega. Es verdad que siempre está, que siempre podemos contar con Él.
El Adviento es avivar esta preparación. La primera Lectura, con lenguaje gráfico y atractivo, expresa que el gesto que Dios va a realizar es la liberación llevando a su pueblo por una nueva travesía del desierto. Esta travesía, con una calzada que facilite la marcha, es posible por la intervención segura e infalible de Dios; la realizará con ternura, como un pastor atento a los más pequeños del rebaño. Lo anunciado por Isaías se concretiza en la predicación de Juan Bautista, se requiere la conversión y la purificación como senda y camino de preparación. San Pedro nos dice que, confiados en la promesa de Dios, nos dispongamos a ser irreprochables y santos. Ese bautismo de agua es temporal, preludio de otro bautismo eficaz y definitivo, el del Espíritu, Señor y dador de vida. Porque se trata de un inicio, más real –si cabe- que el descrito por el Génesis sobre la creación. Es el comienzo de la Buena Noticia, con nombre propio: Jesucristo. Efectivamente, si hace mucho comenzaron la historia humana y la aventura bíblica, ahora, con Jesús, Mesías, comienza una historia maravillosa, superior, la del Evangelio. Así empieza san Marcos el Evangelio que lleva su nombre; hoy diríamos también que es el comienzo de la nueva evangelización. Es la historia viva de Jesús como artífice del Reino de Dios.
María, la Virgen Madre, no sólo fue preparada por Dios, sino que ella misma se preparó mediante la obediencia de la fe para que comenzara, mediante el Espíritu vivificador, una nueva Vida en la suya. Es obra de Dios que llega de generación en generación a todos nosotros, sus fieles.
NOTICIAS
+ Recordamos nuevamente que deseamos obsequiar con un sencillo y útil regalo a cuantos, lo más tarde el día 8 fiesta de la Inmaculada, tengan al menos 70 hojas distintas de las que hemos venido confeccionando y repartiendo en estos dos últimos años. Algunos ya nos lo habéis dicho; sospechamos que hay más que las tienen. No tengáis reparo alguno en comunicárnoslo. Para nosotros es una alegría hacer de Reyes Magos. Gracias.
Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.
Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la reina.
Alza nuestros ojos hacia u belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna.
Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.
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