sábado, 28 de abril de 2012

HOJA 93

De los Hechos de los Apóstoles


En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y senadores, escuchadme: porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre. Pues quede bien claro, a vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar y, bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos”. (Hechos 4, 8-11) Primera Lectura

De la 1ª Carta de san Juan:

Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a Él. Queridos: ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es. (1ª Juan 3, 1-2) Segunda Lectura.

Del Evangelio según san Juan:

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: “Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy la vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a éstas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido del Padre”. (Juan 10, 11-18) Evangelio.



Pastor que con tus silbos amorosos

me despertaste del profundo sueño,

Tú que hiciste cayado de ese leño,

en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,

pues te confieso por mi amor y dueño,

y la palabra de seguirte empeño,

tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,

no te espante el rigor de mis pecados,

pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados,

pero, ¿cómo te digo que me esperes,

si estás para esperar los pies clavados?

( Lope de Vega )

REFLEXIÓN

Piedra angular y Pastor son dos nombres con los que designan a Jesús las Lecturas de hoy. De la misma persona, dos facetas o aspectos integrados en una unidad personal. La piedra hace referencia a una construcción; el pastor al cuidado. De esa forma, podemos afirmar cuantos tenemos a Jesucristo como nuestra Piedra angular y Pastor que nos hallamos sostenidos y protegidos. Tanto en el inicio de nuestra existencia como en el despliegue de ella el Señor está activamente presente. Este actuar suyo, esa presencia en nosotros nos llega e impulsa a la relación con los demás; nos funda y protege no sólo individualmente sino dentro de una comunidad. Eso quiere expresar las palabras construcción y redil. Al fin y al cabo, formamos parte de la humanidad creada y llamada a la unidad.

Lejos de una vida borreguil, en la que un borrego sigue la senda de otro borrego, el cristiano bautizado ve en Jesucristo su fundamento originario y el camino que le conduce, unido a sus hermanos, hasta la unidad en el corazón amoroso de Dios, hasta la belleza de la construcción de la casa habitable y compartida en paz. Cada piedra, cada piedrecilla cumple su necesaria función para el sostenimiento del edificio; cada cordero es compañía pacífica para los miembros de la grey. Con oído atento y ánimo confiado, en medio de las travesías, a veces tenebrosas, de la vida, los cristianos caminamos tras el cayado que nos conduce hasta la manifestación de lo que ya somos: hijos del Padre. Es el camino pascual. Es entregar la vida a Dios para que la oriente hacia todos sus hijos; es la obediencia de la fe; es la búsqueda constante de perfeccionar el deseo por la bondad; es el ejercicio de la caridad servicial; es confiada humildad ante Dios y los demás. En una palabra, es el seguimiento del único y Buen Pastor. ¿Es este nuestro propósito? ¿Es esta nuestra determinación? ¿Qué he de hacer? ¿Qué me falta para ello?

NOTICIAS

+ Por diversas razones, algunas de ellas marcadas por la casi imposibilidad, la hojita estuvo ausente tres domingos. Lo sentimos. Sin embargo, fue para nosotros gratificante el hecho de que haya sido echada de menos por no pocos de vosotros. Con expresiones sencillas y gráficas algunos nos habéis manifestado la añoranza por ella. Nos alegra, y ello nos impulsa a poner mayor entusiasmo y esmero en su confección.

+CAMPAÑA RENTA 2011.

Ha comenzado la campaña de la declaración de la renta. Encontramos unas casillas que se deben marcar para que el 0,7% de los impuestos que pagamos se destinen a la Iglesia Católica y a otros Fines Sociales. Si nos hacen la declaración es bueno que lo indiquemos a quien nos la realice. No tenemos que pagar más, ni nos devuelven menos. Gracias a los que colaboráis al sostenimiento de la Iglesia y de las instituciones incluidas en Fines sociales entre las que esta Cáritas.



+Operación Bocata en Valverdón :este domingo celebramos la operación Bocata a beneficio de Manos Unidas. Como el año pasado un grupo de mujeres se ha decidido a llevarlo a cabo. La gente colabora entregando productos para hacer los bocadillos. Después todo el mundo abona 3 euros por bocadillo y bebida.

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