Del Libro del Éxodo
Esto dice el Señor: No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni al huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí yo los escucharé… Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí yo lo escucharé, porque yo soy compasivo. (Éxodo 22, 21-27) Primera Lectura
Del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él les dijo: “Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.” Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Estos dos mandamientos encierran la Ley entera y los profetas. (Mateo 22, 34-40) Evangelio.
Yo te amo, Señor, Tú eres mi fortaleza.
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Yo te amo, Señor, Tú eres mi fortaleza.
Oración
Te damos gracias, Dios nuestro y Padre todopoderoso, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, y te alabamos por la obra admirable de la redención.
Pues, en una humanidad dividida por las enemistades y las discordias, tú diriges las voluntades para que se dispongan a la reconciliación. Tu Espíritu mueve los corazones para que los enemigos vuelvan a la amistad, los adversarios se den la mano y los pueblos busquen la unión. Con tu acción eficaz consigues que las luchas se apacigüen y crezca el deseo de paz; que el perdón venza al odio y la indulgencia a la venganza.
Por eso, debemos darte gracias continuamente y alabarte sin cesar.
REFLEXIÓN
En una familia normal es el amor de los padres el que va aglutinando y dando vida y crecimiento al amor entre los hermanos; si aquél no existe y no es alimento firme y estable, resultará difícil –por no decir imposible- que los hijos aprendan a amar. Por ello, al hablar de todo amor cristiano, del amor fraterno, se impone necesariamente hacer referencia al Señor, al Amor que el Padre tiene, a Dios que es Amor. Y esto es tan necesario hoy que a cualquier cosa llamamos amor, y cuando a todo “no” lo calificamos de falta de amor. A lo largo de toda la Historia de la Salvación, recogida en la Sagrada Escritura y hecha vida en Jesucristo, el Señor nos enseña qué es el amor. Su principal lección nos la muestra amando. Él ha creado todo lo existente con sabiduría y amor.
Aunque con muchas deficiencias en la práctica, no nos resulta complicado caer en la cuenta de que Dios es digno de ser amado. La dificultad principal surge cuando oímos al Señor y Maestro que el amor al prójimo es semejante. ¿Cómo ciertos semejantes pueden ser dignos de ser amados? Ante eso, sólo puede darnos luz la contemplación prolongada y serena del hacer de Dios. Para ello es de gran ayuda leer nuestra biografía desde la acción de Dios. Cuánta paciencia ha tenido y tiene ante nuestras propias debilidades, infidelidades, culpas y pecados; con cuánto amor misericordioso me ha tratado. Si esto hacemos, si este ejercicio de autoexamen está frecuentemente presente en nuestra mente y corazón, nos facilitará no poco el amar a nuestros prójimos. En la vida diaria el amor tiene muchas ramas: va desde la aprobación a la negativa, desde la alabanza a la corrección, desde la cercanía a la distancia; en ocasiones se da el amor tanto en un “no” rotundo como en un “sí” complaciente. Puesto que no todo lo que le gusta a mi prójimo le es conveniente; lo mismo que no todo cuanto yo deseo me hace bien.
NOTA: el Papa ha convocado a toda la iglesia a reflexionar sobre la nueva evangelización, tendrá su momento importante en el Sínodo de obispos que se celebrará del 7 al 28 de octubre de 2012. El Papa ha convocado el Año de la Fe, que comenzará en octubre del 2012, para conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II y reactivar la alegría de creer. Os iremos ofreciendo algunos textos para que estéis al tanto y podáis uniros a la reflexión.
TEXTOS SOBRE LA NUEVA EVANGELIZACION
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado» (Mt 28, 19-20). Con estas palabras, Jesucristo, antes de subir al cielo y sentarse a la derecha de Dios Padre (cf. Ef 1, 20), envió a sus discípulos a proclamar la Buena Noticia al mundo entero. Ellos representaban un pequeño grupo de testigos de Jesús de Nazaret, de su vida terrena, de su enseñanza, de su muerte y sobre todo de su resurrección (cf. Hch 1, 22). La tarea era inmensa, más allá de sus posibilidades. Para darles coraje el Señor Jesús promete la venida del Paráclito, que el Padre enviará en su nombre (cf. Jn 14, 26) y que los «guiará hasta la verdad completa» (Jn 16, 13). Además, asegura su presencia constante: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20).
Después del acontecimiento de Pentecostés, cuando el fuego del amor de Dios se posó sobre los apóstoles (cf. Hch 2, 3) unidos en oración «en compañía de algunas mujeres, y de María la madre de Jesús» (Hch 1, 14), el mandato del Señor Jesús comenzó a realizarse. El Espíritu Santo, que Jesucristo da en abundancia (cf. Jn 3, 34), está en el origen de la Iglesia, que es por naturaleza misionera. En efecto, apenas recibida la unción del Espíritu, san Pedro Apóstol «presentándose ... levantó su voz» (Hch 2, 14) proclamando la salvación en nombre de Jesús, «que Dios ha constituido Señor y Cristo» (Hch 2, 36). Transformados por el don del Espíritu, los discípulos se dispersaron por el mundo entonces conocido y difundieron el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios» (Mc 1, 1). Su anuncio ha llegado a las regiones de la cuenca Mediterránea, de Europa, de África y de Asia. Guiados por el Espíritu, don del Padre y del Hijo, sus sucesores han continuado dicha misión, que conserva su actualidad hasta el fin de los siglos. Mientras la Iglesia exista debe anunciar el Evangelio de la venida del Reino de Dios, la enseñanza de su Maestro y Señor y, sobre todo, la persona de Jesucristo……
En las últimas décadas se ha hablado también de la urgencia de la nueva evangelización. Teniendo presente que la evangelización constituye el horizonte ordinario de la actividad de la Iglesia y del anuncio del Evangelio ad gentes –que exige la formación de comunidades locales, las Iglesias particulares, en los Países misioneros de la primera evangelización– la nueva evangelización es más bien dirigida a aquellos que se han alejado de la Iglesia en los Países de antigua cristiandad. Este fenómeno, lamentablemente, existe con diversos matices también en los Países donde la Buena Noticia ha sido anunciada en los últimos siglos, pero todavía no ha sido suficientemente acogida hasta transformar la vida personal, familiar y social de los cristianos
HORARIOS MISAS
Octubre: sábado El Arco (18 h.).
Domingo Zamayón (11 h.); Torresmenudas (12 h.); Aldearrodrigo (13 h)
Noviembre: Sábado (18 h.) Aldearrodrigo
-(17) San Pelayo,(18h) Palacios, (19h) Santiz
Domingo El Arco (11 h.); Zamayón (12 h.); Torresmenudas (13 h.)
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Diciembre: Sábado (18 h,) Torresmenudas
Domingo: El Arco (11 h.); Aldearrodrigo (12h.); Zamayón (13 h.)
(10,50) San Pelayo, (12h) Palacios, (13h) Santiz
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