sábado, 8 de octubre de 2011

HOJA 69

Del Profeta Isaías


Preparará el Señor de los ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vino generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país –lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara: celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor, reposará sobre este monte. (Isaías 25, 6-10a) Primera Lectura



De la carta de san Pablo a los Filipenses

Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en Aquel que me conforta. En todo caso hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (Filipenses 4, 12-14.19-20) Segunda Lectura.



Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta;

en verdes praderas me hace recostar,

me conduce hacia fuentes tranquilas.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque Tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan.

Tu bondad y misericordia me acompañan

todos los días de mi vida.

Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Oración

En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre Santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta.

Hoy tu familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del Pan único y partido, celebra el Memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia.

Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos tu gloria.



REFLEXIÓN

La imagen del banquete es muy popular; presente tiempos atrás en la Escritura santa, evoca con gran fuerza sugestiva la felicidad de los elegidos reunidos en torno a Dios Padre. Pero el comienzo entusiasta de la parábola se torna repentinamente en tragedia; porque a la invitación cortés, generosa y solícita que hace llegar a sus invitados el organizador del festín, responde el rechazo brutal de estos últimos, rechazo que acaba con la muerte y el aniquilamiento. Pero la voluntad del rey es firme y alcanza su objetivo soberano: la sala del banquete se llenó de comensales.

Aunque pudiera parecer inverosímil la suerte de los mensajeros, es tan realista como actual. No produce en nosotros absoluta extrañeza que unos criados que van a cobrar la rentas sean despachados con desaire y de malos modos; pero aquellos que son portadores de una alegre invitación a una fiesta con suculentos manjares…, terminan sufriendo tan desagradecido como cruel trato. Esto ha sucedido y sucede. Si el evangelio, una vez más, retrata la historia de la humanidad, no menos la voluntad amorosa y fiel de Dios, la insistencia de su invitación bondadosa y gratuita. Más aún, el Evangelio nos descubre y describe al hijo del rey; mejor dicho al Hijo del Rey. En el Hijo ha puesto el Padre el Amor de la alianza de Dios para con la humanidad, para con cada uno de nosotros. Nos viste de su Amor.

La parábola de Jesús, pues, es más que una simple parábola; refiere una experiencia: lo que Jesús relata, lo ha vivido. El ha sufrido las crueldades reservadas a los enviados, incluida la muerte; Él ha experimentado la incredulidad que ha dejado en “fracaso” la Palabra. Los cristianos hemos de contemplar esta experiencia de Jesús para comprender la nuestra en no pocos momentos. Y ello consigue que la parábola no sea sólo descriptiva, sino también vivencial; de ese modo, atravesando todos los tiempos, da sentido al esfuerzo fiel de cuantos se convierten en mensajeros del Evangelio del Hijo del Rey con la convicción, si bien aún temblorosa, de que en aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos nos salvara. Porque la sala del banquete se llenó de comensales.

NOTICIAS

+ El día uno de octubre recibió sepultura en Almenara de Tormes Simona Cabezas Garrido, fallecida en trágico accidente. Descanse en paz.

El día 3 de octubre recibió sepultura en Torresmenudas Felícitas Hernández Martín. Descanse en paz.



+ Aunque con desigual concurrencia y resultado, hemos celebrado estos domingos los tradicionales Ofertorios a la Virgen del Rosario en la mayoría de las parroquias de nuestra Unidad de Pastoral. Muchas gracias a cuantos han hecho posible estas celebraciones y han colaborado eficazmente en sus desarrollos.

+ Según parece cada vez son más las personas que han retomado la práctica del rezo diario del santo Rosario; máxime ahora que tenemos más tiempo que antaño, cuando era rezado en familia con primorosa devoción. El Rosario nos ayuda a vivir en paz y sosiego, nos aumenta la confianza en Nuestra Señora, Madre del Señor y madre nuestra. Como mes del Rosario es conocido tradicionalmente el mes de octubre.



Resplandeciente de alegría,

amargo mar de los pesares,

vestida de gracia y de gloria,

te cantamos, oh Virgen María.



Gozosa cuando a Dios concibes,

cuando anhelante das el fruto,

cuando lo ofreces y lo pierdes,

al Hijo, que es la luz del mundo.



Salve, primera de los mártires,

en el dolor de tu martirio;

tu corazón supo de espinas.

tu alma de cruces y de lirios.



Reina de gloria refulgente,

Madre fecunda de la Iglesia,

cuando las llamas del Paráclito

del mundo ardieron las tristezas.



Recoged las Aves Marías

para un rosario de azucenas;

cantad a María alabanzas,

que es Madre de eterna belleza. Amén..

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